viernes, 29 de junio de 2012

Graduar las emociones

Publicado por Kelly en 15:25
De todo este proceso de duelo me ha quedado algo que, aunque es cierto que nunca terminé de hacer bien antes, ahora lo hago fatal y es graduar las emociones. Reacciono de una manera similar a situaciones importantes y a otras más triviales, especialmente, si hay enfado o tristeza de por medio. 

El otro día tomando café con una antigua compañera de trabajo, me enteré que en mi antigua empresa nadie le había dicho al cliente final que me habían echado. Al final, después de mucho discutir, consiguió que al menos dijeran que ya no estaba en la empresa ya que ella temía que fuera a crearme problemas en un futuro si me volvía a cruzar en el camino de esa empresa. Mi enfado con mi antigua empresa fue nivel medio. Mal asunto. El otro día me llamó la secretaria de mi antigua empresa para pedirme una tarjeta de fichar que tenía por aquí perdida entre las cajas de la mudanza (que no sé de que les va a servir porque tiene mi cara y mi nombre grabados) y volví a enfadarme otra vez al mismo nivel. Peligro. Y por último, hace un par de días alguien me dijo cuando tenía una migraña aplastante, como siempre te duele algo, no sé cuando preocuparme así que no me preocupo. Enfado al mismo nivel anterior. Mal, fatal.

Son tres situaciones que lógicamente se pueden ordenar pero que suscitaron el mismo grado de enfado. Algo que debo corregir y para lo que estoy empleando el siguiente método por si a alguien más le sirve. Una vez identificada la emoción (algo que no es fácil a veces tampoco), intento ver qué hay detrás. No qué creo que hay detrás sino algo lo más objetivo posible. 

Por ejemplo, en el primer caso hay mala fe y alguien que trata de dejarte en mal lugar para salvar su pellejo. Por tanto, merece un mayor enfado porque tiene "agravantes". En el segundo caso, la chica que me llamó era una mandada y no había ninguna mala intención por su parte, simplemente hacía lo que le decían. Es cierto que fue una llamada molesta e incómoda pero ella lo hizo de buen tono así que no merecería ningún enfado contra ella y quizá sí algo de malestar con la empresa por lo absurdo del asunto. Y por último, la tercera situación depende muchísimo de la persona implicada. Como me dijo alguien una vez, es que esto mal contado...  Por la persona de la que venía y su grave problema para expresar cosas tan sencillas para otros como la empatía, se merece objetivamente malestar y decir alto y claro, eso que has dicho me molesta mucho pero no un enfado del calibre que generó. 

Esta graduación hay que ir corrigiéndola a posteriori respirando mucho y enfriando los ánimos hasta que salga de forma natural pero espero que funcione porque no hay que sufrir de más y hay que darnos la importancia que merecemos.

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